Friday, June 13, 2014

Led Zeppelin vuelve a brillar | URieLaRtE


Jimmy Page, Robert Plant, John Paul Jones y John Bonham suben al escenario del mítico Olympia de París el 10 de octubre de 1969 y hacen estallar las paredes con un mash-up de “Good Times Bad Times” y “Communication Breakdown”. Los quejidos orgásmicos de Plant resuenan en los cuerpos de las personas que escuchan hipnotizadas durante más de una hora los temas de casi todo el disco embrionario y algunos de II . Por entonces, la crítica los detesta pero la multitud que está ahí sabe que está ante algo bueno. Oh, baby, baby, baby.


http://ift.tt/XRhKJI


Este recital que nunca había salido a la luz acaba de ser lanzado como disco complementario de la nueva Edición de Lujo de Led Zeppelin I remasterizada por Page que viene en CD, vinilo y formato digital. También salieron Led Zeppelin II y III junto a dos discos extra con versiones alternativas inéditas que concentran el rasgo esencial que signaría toda su música: la experimentación libre. Y este parece ser sólo el principio del relanzamiento de todos los discos.


Si bien los tres álbumes que acompañan traen casi los mismos temas que los originales, el devenir experimental crea la sensación de presenciar el making-off : los ensayos, las pruebas, las mezclas que tuvieron un lugar marginal en la historia de la banda. Hasta ahora. “No me quiero morir y que otra persona lo haga”, dijo Page. Siete años después de su último recital, los Led Zep no se juntan pero de alguna manera vuelven.


Antes de todo, Page era conocido en la escena londinense, venía de trabajar como sesionista y acababa de romper con The Yardbirds; John Paul Jones era un arreglista y bajista renombrado; Terry Reid recomendó a Plant, que trajo a Bonham. “The Train Kept A-Rolling” en la versión de The Yardbirds fue el primer tema que tocaron los cuatro debajo de una disquería en Londres, donde arrancó todo. Al instante ya eran los New Yardbirds que sonaron en las primeras giras, pero pronto ese zepelín de plomo ( lead zeppelin ) pasó a ser Led Zeppelin y con el tiempo el blues, el jazz, el soul y el rock&roll eran ya otra cosa.


En 30 horas de grabación, Led Zeppelin I ya estaba listo. Salió a la luz el 12 de enero de 1969 y llegó al Top 10 de Estados Unidos e Inglaterra. Pese a que muchos de estos hits están colmados de “préstamos” e influencias, se diferenció de todo lo que se había escuchado hasta entonces. El recital es un blues eléctrico, ecléctico y desesperado que suena con fuerza con los riffs abrumadores e ilimitados de Page, los alaridos desbocados de Plant, el beat elocuente de Bonzo y el ritmo de Jones.


El segundo disco de la banda, grabado durante una gira de seis meses, salió el 22 de octubre de 1969. En diciembre le peleó el puesto a Abbey Road y llegó al número uno en los ránkings. El disco complementario incluye una versión extraña y temprana de “Whole Lotta Love” sin el eco central que fue producto de un afortunado error de grabación y, junto a los clásicos, saca del baúl a “La La”, un tema acústico inédito ciclotímico y apabullante.


La historia de Led Zeppelin III, lanzado el 5 de octubre de 1970, es totalmente diferente. Lejos del descontrol, Page y Plant viajaron a una cabaña en Bron-Yr-Aur, Gales, para componer. Aunque ya había temas acústicos en I y el II, el folk de este disco cambió la etiqueta de heavy metal de Led Zep. El álbum complementario trae canciones nunca escuchadas: “Jennings Farm Blues”, “Bathroom Sound” y un cover del clásico del blues “Keys To The Highway/Trouble In Mind”, que se grabó media hora después de “Hats Off to (Roy) Harper”, que sí aparece en III.


Después vino el disco sin nombre o Zoso, Houses of the Holy y llegaron a la cima con Physical Graffiti, pero los días resplandecientes fueron breves. La segunda mitad de los 70 fue signada por el infortunio: en 1975, un accidente de auto dejó a Plant en silla de ruedas, su hijo Karac murió en 1977 y la década culminó con la muerte de Bonham ahogado con su propio vómito. Ese fue el final. En el medio editaron Presence (1976), The Song Remains the Same (1976) y por último, In Through the Out Door (1979). Plant se alejó de la banda durante años y siguió como solista; Page no dejó de tocar, remasterizó los discos y armó colecciones con música inédita; Jones trabajó como arreglista y productor. En 1982 editaron Coda con tracks guardados. Tocaron juntos para Live Aid en 1985; en 1988, en la celebración del 40 aniversario de Atlantic Records y en 1995 cuando Led Zep ingresó al Salón de la Fama del Rock&Roll. A principios de los años 90, Plant y Page reanudaron unledded el puente quebrado con No quarter y Walking into Clarksdale , pero eso ya es otra historia. En 2007 dieron un recital en homenaje a Ahmet Ertegun, fundador de Atlantic Records, en el que 20 millones de personas quisieron comprar las 16.000 entradas disponibles para el 10 de diciembre. Muchos se quedaron con las ganas y lo vieron en la película Celebration Day.


Lejos del peace & love de los 60, Led Zep fue como una versión más pesada y descarada de Los Beatles que se consagró como la banda más importante de los 70 y 80. Fueron las estrellas del exceso que reescribieron la historia del rock y le pelearon el puesto a los Fab Four, Rolling Stones y Simon & Garfunkel. Estocada tras estocada, su música es hard hasta en las baladas más tiernas. Cualquier neófito de estos tiempos que quiera imitarlos rompiendo hoteles, burlándose de sus fans o drogándose hasta quedar inconscientes se parece más a un decadente y caricaturesco Justin Bieber que a estos dioses del rock. Para romper con todo no basta con pasar por alto algunas normas. Hay que tener estilo y Led Zep lo tuvo en la exasperación de la violencia y las drogas sintéticas. Supieron generar mitos tan enormes como su magnitud musical a través de la locura obscena, su ímpetu sexual y la afición de Page por el ocultismo. Todo vende, y si de eso se trata, ellos vendieron más de 300 millones de discos en todo el mundo.


A 11.000 kilómetros de Londres, nuevas generaciones esperan los inéditos para seguir jugando con esos sonidos que desafían a las versiones establecidas. “Somos la banda más importante del mundo”, decía Page por aquellos tiempos. Si le vendieron el alma al diablo a cambio de fama y éxito, bien valió la pena. Dicen que esos acuerdos son eternos, pero quién sabe. Lo bueno es que mientras el pacto dure, no se puede hablar del fin de Led Zeppelin.




Source:


http://ift.tt/1oo5TGg






The Late News http://ift.tt/TUE0YK from http://ift.tt/1gZbOKN