Un viernes lluvioso no fue un impedimento para que miles de adolescentes disfrutaran del show del ídolo pop del momento: Justin Bieber.
Carla Juez / @carla_juez
Desde 10 cuadras antes del Estadio Kempes el tráfico se encontraba embotellado, la gente comenzaba a bajarse de los autos y a caminar-correr para llegar a la fila para poder entrar. De lejos ya se veía una gran masa de gente violeta, todas las chicas, y algunos chicos, vestidos de ese color en homenaje al color preferido de Justin.
Pasadas las 4 de la tarde, las puertas se abrieron y comenzó la avalancha: todas corriendo, gritando y hasta llorando, de la emoción, supongo.
El “Z Festival” comenzó con la actuación de la banda Owl City, luego siguió otro ídolo adolescente, el australiano Cody Simpson, y por último Carly Rae Jepsen, la cantante del hit “Call me maybe”. Quienes terminaron su actuación pasadas las 8 y media de la noche. Luego de los teloneros y durante las pausas, cuando ningún músico estaba en escena, sonaba Michael Jackson, un claro homenaje de Bieber a su propio ídolo.
Casi 2 horas después llegaría el plato principal, y ahí fue cuando estalló la Bieber fever. Comenzó un reloj con la cuenta regresiva de 10 minutos y justo empezó a llover, increíblemente cuando el cantante canadiense salió a escena la lluvia paró, y no volvió sino hasta el final del show. Parecía planeado a propósito. “All around the world” fue el primer tema con el que hizo saltar al estadio entero, incluyendo a los padres de las espectadoras más pequeñas.
Y así fue haciendo un recorrido por los temas de su último disco “Believe” y un popurrí de temas anteriores, como “One Time”, “Eenie Meenie”, “Somebody to love” y “Love me like you do”. Acompañado todo el tiempo por su cuerpo de baile compuesto de 12 bailarines. Justin se lució bailando y además tocó la guitarra, la batería y el piano, demostrando todas sus habilidades como músico.
Mientras él se cambiaba, el vestuario en las pantallas se veían videos del recorrido de su carrera, desde que era un niño hasta la actualidad. Quizás no es tanto tiempo en una vida normal, pero para Justin, con sus 19 años, es demasiado.
Los gritos no cesaron ni un solo segundo durante todo el show, las beliebers, como se las denomina a las fans del cantante estaban enloquecidas.
Ya para finalizar, apareció sin remera, luciendo sus nuevos músculos y tatuajes. Cantó el primer corte de difusión del disco, “Boyfriend”, y terminó con la pregunta clásica de sus conciertos: “Who wants be my baby to nigth?” (Quién quiere ser mi bebé esta noche?), a lo que la audiencia respondió con un solo grito unánime mientras empezaba a sonar su gran hit “Baby”. La lluvia apareció nuevamente y él siguió cantando bajo ella. Explotaron los fuegos artificiales y se despidió agradeciendo y diciéndoles a sus fanáticas que las ama.
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http://www.infoaltoque.com.ar/2013/11/10/bieber-fever-en-cordoba/